La tradición olivarera de nuestro país hace que España sea el líder mundial en superficie, producción y comercio exterior de aceite de oliva. Este sector no solo tiene una indiscutible importancia económica, sino también una gran repercusión social, ambiental y territorial.
La producción española de aceite de oliva supone el 70 % de la producción de la UE y el 45 % de la producción mundial según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La mayor región productora en España es Andalucía, fundamentalmente Jaén, seguida de Castilla la Mancha y de Extremadura.
El fruto del olivo es la aceituna u oliva y tiene configuración de drupa, es decir, pulpa carnosa y centro leñoso. Según la variedad del olivo, la aceituna tendrá un tamaño o forma y se destinará a la fabricación de aceite de oliva en almazara, al consumo directo o a ambas. Además, el hueso de la aceituna se puede usar como fuente de biomasa.
El olivar tiene como objetivo la producción del mayor número posible de aceitunas de calidad, que se destinan a la fabricación de aceite o al consumo de mesa. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el 93% del total del olivar español está destinado a olivar de almazara.
Aunque el olivo es uno de los frutales que mejor toleran los suelos poco fértiles, el clima semiárido o la salinidad, hay que tener en cuenta que la producción aumentará considerablemente cuando el olivo se encuentra en buenas condiciones de fertilidad del suelo, pluviometría o densidad de población.
Principales sistemas de cultivo del olivar
El sistema de cultivo adoptado será un aspecto determinante para la rentabilidad económica. Los sistemas de cultivo de olivar pueden ser: el sistema de olivar tradicional, el sistema de olivar intensivo o el sistema de olivar superintensivo.
En el sistema tradicional podemos diferenciar el tradicional mecanizable y el tradicional no mecanizable.
- El olivar tradicional mecanizable se da en suelos con menos pendiente, donde existe la posibilidad de mecanizar labores como la recolección o los tratamientos foliares, y además es posible realizar un cambio a sistema intensivo plantando más olivos entre los presentes.
- El sistema no mecanizable corresponde a suelos con más pendiente y no es posible mecanizar las labores ni realizar un cambio a intensivo ya que la orografía no lo permite.
Los sistemas en los que hay una mayor densidad de árboles por hectárea son el sistema intensivo y el superintensivo.
- El sistema intensivo de cultivo del olivo permite la mecanización de la recolección mediante el uso de vibradores autopropulsados con paraguas para mecanizar el derribo y la recepción del fruto o también con cosechadoras.
- En el sistema superintensivo, los árboles tienen menor vida útil, por lo que las plantaciones se renuevan con mayor frecuencia y los olivos son muy jóvenes. La recolección se realiza con cosechadoras, con lo que mecaniza el derribo del fruto, su recepción y su transporte.
Olivar ecológico, una herramienta de mitigación de emisiones de GEI
Hace unas décadas comenzó la constatación del cambio climático y la concienciación sobre las emisiones de GEI en la agricultura se ha incrementado mucho. El olivar reúne las características para poder ser una herramienta de mitigación de emisiones de GEI. Es aquí donde entra en escena el olivar ecológico.
Unas de las prácticas más extendidas en el olivar ecológico son el uso de cubiertas vegetales, restos de poda y enmiendas orgánicas. Todas estas prácticas tienen un alto potencial de secuestro de C en el suelo que hacen que el olivar pueda ser un cultivo neutro en carbono.
A diferencia del olivar convencional, en el ecológico se emplean los medios físicos o el mantenimiento de la cubierta vegetal como alternativa a los herbicidas. Con ello, mantenemos una alta biodiversidad del ecosistema, desarrollando microorganismos beneficiosos en el suelo, capaces de generar nutrientes para la planta y controlar las plagas. No existen apenas problemas con plagas en olivares ecológicos, excepto en el caso de la mosca del olivo.
En los últimos años, el mercado del aceite de oliva se ha caracterizado por una tendencia creciente del consumo debido a sus propiedades beneficiosas, tanto desde un punto de vista nutritivo como de salud.
El sector oleícola es un sector fundamental para el sistema agroalimentario español que ha estado presente hace varios miles de años y que, en la actualidad, evoluciona incorporando nuevas técnicas y haciendo del olivo un bien valioso y generador de riqueza.
Sobre el olivar y su gestión, tratará una de las visitas del programa CULTIVA de esta semana que, en esta ocasión, tendrá lugar en Córdoba, en la explotación Baltasar García Navarro.
Gracias al programa CULTIVA, impulsado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación junto a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), jóvenes agricultores y ganaderos, de entre 18 y 41 años y de distintas provincias de nuestro país, puedan pasar unos días en explotaciones modelos de otras comunidades, de manera gratuita, para aprender otras visiones y maneras de hacer las cosas que les sirvan en su incorporación al sector agroalimentario.