La agricultura ecológica es un modelo de producción que cada vez está ganando más peso en el sector agroalimentario ante las circunstancias climáticas actuales. Entre las distintas prácticas que se llevan a cabo para producir de este modo natural y respetuoso con el medio ambiente, nos encontramos con una tan básica como el impulso de la biodiversidad gracias a los insectos polinizadores.
Entre los principales insectos polinizadores están las abejas, listas para jugar un papel protagonista en el futuro del planeta. Pero, ¿lo sabemos todo sobre ellas? Hoy queremos haceros un recorrido por sus orígenes, pasando por el desarrollo actual de la apicultura y la actualidad del sector en España. ¡Seguid leyendo!
La miel y sus productoras, las abejas, han tenido un papel destacado en casi todas las culturas antiguas, de hecho las primeras formas de ganadería están muy ligadas a la apicultura.
En las civilizaciones mediterráneas, la apicultura tuvo sus orígenes durante el periodo comprendido entre los años 8000 y 4000 años a.C. El hombre pasó de ejercer una actividad recolectora a proporcionar a las abejas un habitáculo, donde anidar y construir los panales en su interior.
Pero, ¿cómo se desarrolla esta actividad hoy en día? El primer paso de este proceso es, como bien sabremos, obtener abejas. Las abejas pueden ser obtenidas transportando una colonia silvestre dentro de una colmena, la cual puede tener ya algunos panales que podrían ser removidos y reubicados en las barras superiores o al interno de los cuadros o una colmena. Otra forma de iniciar es colocar una colmena, que esté sellada en su interior con cera de abejas para darle un olor atrayente y esperar que un enjambre de abejas silvestres pase por ahí y se establezca. Esto traerá resultados solamente en las áreas donde ya existen grandes cantidades de colonias de abejas melíferas.
Entre los principales insectos polinizadores están las abejas, listas para jugar un papel protagonista en el futuro del planeta.
Para practicar la apicultura no es necesario explotar el terreno. Según su tipo, las colmenas pueden ser ubicadas en árboles, en áreas deprimidas o en techos de construcciones. Lo que convierte a la apicultura en una actividad factible para los pequeños agricultores o personas que no posean tierras. Aún así, un buen sitio debería disponer de agua en sus cercanías, una buena cantidad de vegetación, que permita que esté al abrigo del viento, y de la luz directa del sol. Además, tener al alcance de estos insectos, una gran variedad de flores de las que libar (o absorber su jugo) influirá en la posterior producción de miel. También es interesante destacar que no todas las especies de flores contribuyen a esto último de la misma forma. Por ejemplo ¿sabías que las abejas prefieren la lavanda al lavandín? Esto se debe a que el último es un híbrido y no genera polen.
Una vez nuestras abejas tengan las condiciones idóneas para producir miel, se procede a cuidarlas y alimentarlas hasta que llegue el periodo de floración de las plantas, que es cuando la miel se cosecha.
En las colmenas los apicultores cortan los panales generalmente ubicados en las proximidades de la entrada, con miel ya pronta y cubierta por una capa protectora de cera blanca. Los panales pueden cortarse o dejarse como panales de miel fresca para distribuirlos como miel de primera calidad. Alternativamente, el panal puede ser partido en trozos y pasado por filtros especiales para separar la miel de la cera. Una vez que la miel y la cera han sido separadas, se calienta esta última en baño maría para formar un bloque.
La miel se extrae de los cuadros poniéndolos en un extractor a fuerza centrífuga. Al finalizar este proceso los panales vacíos vuelven a colocarse en la colmena. Como los panales no están deteriorados, los esfuerzos de las abejas son dirigidos hacia la producción de miel y no a la de cera.
La importancia del sector apícola español
En los últimos años el sector apícola español mantiene un crecimiento constante en número de colmenas, explotaciones y apicultores. De hecho, España destaca en el ámbito comunitario, por su censo de colmenas (alrededor del 16% de las colmenas de la UE), así como por el hecho de que el 80% de ellas se encuentra en manos de apicultores profesionales, es decir, aquellos que gestionan más de 150 colmenas. En el grado de profesionalización de esta profesión, nuestro país también destaca por encima del resto de los países europeos con alrededor de un 22% de apicultores profesionales.
Estos datos reflejan la importancia del sector apícola español que supone alrededor del 0,44% de la Producción Final Ganadera y el 0,17% de la Producción de la Rama Agraria. Además, su producción (miel, cera, polen) tiene un valor anual estimado de unos 62 millones de euros. Sin embargo, el valor de este sector va más allá de lo puramente económico, ya que la apicultura juega un papel fundamental en la conservación del medio natural, la polinización de los cultivos y el mantenimiento de la biodiversidad.
En nuestro país conviven una gran diversidad de modelos productivos, reflejo de la actividad apícola en cada región. Aunque podemos dividirlo en dos modelos de apicultura diferente. Por un lado, la existente en la zona norte, noroeste y las regiones insulares, que se caracteriza por el alto grado de apicultores pequeños que no practican la trashumancia (llevar las colmenas allí donde se dé la circunstancia puntual de disponibilidad de néctar o polen para las abejas). Por el otro lado, nos encontramos la apicultura predominante en el centro y sur/sureste español, que tiene un grado mayor de profesionalización y es practica mayormente la trashumancia.
España destaca en el ámbito comunitario, por su censo de colmenas (alrededor del 16% de las colmenas de la UE), así como por el hecho de que el 80% de ellas se encuentra en manos de apicultores profesionales.
Entre todas las zonas apícolas de nuestro país, la mayor parte del censo de colmenas y de producción de miel y cera se concentra en Extremadura, Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. En lo que respecta al número de explotaciones, la mayoría se concentran en Castilla y León, Andalucía y Galicia.
Para conocer el sector apícola español de primera mano, esta semana uno de los jóvenes agricultores y ganaderos apuntados al programa CULTIVA 2021, tendrá la oportunidad de visitar una explotación apícola madrileña y conocer cómo desarrollan su modelo de apicultura ecológica y trashumante. Entre otras cosas, aprenderá el manejo general del proceso productivo (colmena, recolección, manipulado, venta), la gestión interna del proceso y la función de la cera. Además, durante su estancia, visitará el Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo y la elaboradora/envasadora de miel Madrid Miel.
El programa CULTIVA comenzó el año pasado, impulsado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación junto a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), con el fin de que jóvenes agricultores y ganaderos de entre 18 y 41 años de distintas provincias de nuestro país, puedan pasar unos días, de manera gratuita, en explotaciones modelos de otras comunidades para aprender otras visiones y maneras de hacer las cosas que les sirvan en su incorporación al sector agroalimentario.